DISEÑANDO EL AIRE

Vivimos en un mundo en el cual el diseño está presente constantemente. Los arquitectos diseñan estructuras que se adaptan a cualquier tipo de terreno y embellecen el paisaje; algunos pintores crean obras a partir de la naturaleza que ven; los soñadores imaginan alucinantes casas en las playas; y nosotros, los fumadores, diseñamos un mágico mundo de humo en el aire.

Sabemos y estamos consientes que este arte no lo comparten todos. Queremos expresar obras, pero la sociedad no nos lo permite. Vivimos en un mundo de pensamiento, palabra, obra y omisión pero no es nuestra culpa. El mundo nos presentó un estilo de vida y ahora él mismo quiere arrebatárnoslo.

El amor no es  hacia la nicotina, pues disfrutamos cada vez que aquel humo sale de nuestra boca, recreando el aire que respiramos, y volviéndolo un lienzo que pintan los labios con un empujón de nuestro propio suspiro. Suspiro que dicen que se va de nuestra vida, pero suspiro que utilizamos para disfrutar de ella.

Nuestros diseños se basan en curvas, rectas y hasta hacemos aros; exhalando y extrayendo el arte de un cigarrillo en un solo bocado. Nuestras palabras simplemente son una cortina de humo de verdaderos pensamientos. Es por eso que creo que algunas veces nos piden que no fumemos. Pero tenemos secretos que no queremos pero que guardamos. No creas que lo hacemos porque el Mar haya traído al Boro, porque Estados Unidos haya dado el primero Golpe de Suerte o porque alguien nos haya dicho qué era estar Cool. No lo creas.

En nuestro interior siempre guardamos la verdad: queremos dejar constancia en tus pulmones que alguna vez en la vida aspiraste el diseño de nuestro propio arte.

BESO ENTRE HOMBRES

BESO ENTRE HOMBRES

Publicado en:

Revista Viutik
ideasjovenes.com

http://ideasjovenes.com/opinion/besos%20entre%20hombres.html

Siempre he sido una niña a la cual le gusta ganar y tener sus propios ingresos. Por esto, he trabajado en muchos lugares, entre ellos: bares. En uno en donde duré más tiempo, existían unos socios los cuales eran los típicos chicos churros de buenos apellidos, con una gran debilidad por el alcohol (de ahí su sueño de crear un bar evidentemente).

Uno de los mayores accionistas, era el más sexy de todos pero al mismo tiempo el más borracho. Siempre llegaba antes y después de ingerir alcohol. Cuando llegaba antes, nos miraba con mucha seriedad y limitaba sus palabras a un saludo. Pero cuando llegaba después de haber suministrado a su cuerpo unos cuantos grados de Whisky, se volvía el más comprensible, más amable y más generoso tanto con los clientes del bar, como con sus empleados. A los clientes los cogía, los paraba de sus mesas para bailar y a algunos de ellos les regalaba cócteles. En cuanto a nosotros, también nos invitaba de vez en cuando a un trago, pero eso sí después de cada turno.

Una noche, este personaje llegó al bar con uno de sus mejores amigos, el cual días posteriores se iba a hacer una especialización a Europa. Ese día iban a celebrar su despedida (tengo que resaltar que el amigo era muy pero muy guapo). Obviamente la rumba no iba a ser cualquiera. Empezaron a tomar, bailar y como siempre a cantar sus favoritas. En un momento de la noche cuando terminaba de atender una mesa, volteé mi cara al lugar donde ellos estaban  y me encontré con un suceso el cual cambiaría mi forma de pensar acerca de lo que para mí significaba la palabra “sexy”.

Sexy para un heterosexual sería algo como “atracción hacia el sexo opuesto o hacia una actividad sugestiva la cual éste realiza ya sea sólo o con una persona del otro género”, o para un homosexual “atracción hacia el mismo sexo o hacia una actividad sugestiva la cual éste realiza ya sea sólo o con una persona de su mismo género”.

Pues bien, me hallaba en una situación bien extraña, pues estaba viendo en ese momento un pico en la boca (bien dado) entre mi jefe y su mejor amigo. No era un beso gay, no tenía morbo, simplemente era un beso de amistad, de cariño entre dos personas del mismo sexo para demostrar el aprecio que se tienen. Esto en realidad no me impresionaba mucho, lo que realmente me impresionó fue el nivel de excitación que tuve, pues para mí este suceso era extremadamente “sexy”. Ver a éstos dos varones, personas de bien, con buenas pintas y simpatía juntando labio cambió el término.

Preocupada me puse a analizar el por qué de ésto. No pensé que fuera normal exaltarme por semejante situación. Pero después de echarle cabeza descubrí que para una mujer una imagen como ésta SÍ ENTUSIASMA.

No es igual para los hombres cuando dos niñas se dan besos. Ellos lo ven con morbo, lo ven como una fantasía porque saben que estas chicas se podrían prestar para un ménage à trois. A nosotras, no nos entusiasma ni cinco la idea de ver a dos chicos rumbeándose. ¡No! Para nosotras es sexy “el pico”.

¿Por qué? Pues bien, es el hecho que estos dos hombres eran tan pero tan machos que no les importó darse un beso. Estos dos hombres estaban muy seguros de su sexualidad. ¿Y qué más atractivo que ver a un hombre seguro de sí mismo, y más aun de su varonilidad?.

Algo muy parecido pasó con el color rosado unos años atrás cuando el hombre empezó a usarlo en sacos, camisas, camisetas y corbatas. Se puso de moda y lo mejor  es que las mujeres moríamos por ver a nuestro chico con alguna prenda de este color. Nunca faltaba el chino que decía que “era color para maricas”.  Y ahí viene la gran pregunta: ¿Marica el que se lo pone o el que se lo deja de poner por marica?

¡Hombres del mundo: no se acongojen y no se dejen llevar por pensamientos machistas! Exploren su sexualidad que seguro más de una se interesará en ustedes. No espero ver a todos dándose besos con todos – tanto hombres con hombres y mujeres con mujeres – solo espero que podamos dejar ese tabú de que el cariño viene dándose entre sexos opuestos y seamos más expresivos y un poco impulsivos al demostrarlo. ¡BESOS PA' TODOS!